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miércoles, 30 de octubre de 2019

Participación en el foro: Revolución Universitaria en Tiempos Venezolanos





Intervención en el Foro
Revolución Universitaria en Tiempos Venezolanos


Voy a comenzar diciendo lo siguiente: yo estoy muy contento por el bloqueo norteamericano, estoy feliz, porque sin bloqueo no nos ponemos a pensar en nosotros mismos. Nosotros tenemos un problema estructural y es que fuimos educados bajo el rentismo petrolero. El rentismo creó unas condicionaes totalmente laxas e hizo que pensáramos en universidades desconectadas del trabajo, de la realidad, de los territorios; total, había dinero para cubrir lo que necesitábamos, para importar. Aquí se convirtió en un extraordinario negocio la importación, todos los sectores vinculados a la importació fueron enormemente enriquecidos por la bonanza petrolera e incluso con las crisis petroleras. Total que, el rentismo para nosotros ha sido una enfermedad estructural y eso se trasmitió e irrigó todo el cuerpo social y por supuesto, llegó a las universidades.

Nuestras universidades formaron esencialmente para el sector que llaman terciario, el de bienes inmateriales y servicios, y en muchos casos desconectado de los verdaderos nódulos productivos. Había carreras en la que las élites tenían acceso más directo, ingenierías, arquitectura, ciencias de la salud, derecho, con unos filtros sociales terribles porque eran carreras sensibles al aparato de enriquecimiento capitalista. Total que en esos puntos sensibles el filtro era mayor, sólo entraban élites y por supuesto con un sentido completamente desnacionalizado, antinacional incluso. Y nosotros estamos sufriendo hoy las consecuencias de ese cuerpo de ingenieros, médicos, abogados, etc., que trabajaban en función de los intereses del capital y hoy están a su servicio. Por eso es tan importante la universidad de las Ciencias de la Salud, que hayamos recientemente desprivatizado psicología, que se hayan desprivatizado los estudios jurídicos, arquitectura, o sea, debemos ir desprivatizando, poco a poco ir abarcando todos los espacios del saber y de la producción de ciencia y tecnología con un conocimiento y una formación con interés nacional y en función del proyecto de la Patria.

Es muy importante que nosotros estemos conscientes de cómo el rentismo se constituyó en una enfermedad y cómo nuestras universidades se plegaron a esas estructuras. Nosotros necesitamos verdaderamente producir, sólo que los nódulos, los puntos sensibles de la producción siguen estando en manos privadas, o en manos nacionales que tienen todavía políticas o que se gerencian de tal manera que les sirven a intereses privados. El primer día del Congreso sostuve una pequeña conversación con un compañero que trabaja en Pequiven y le planteaba un proyecto que queremos desarrollar en la UBV. Lo voy a decir someramente, el punto es que para desarrollar ciertos proyectos Pequiven produce la materia prima y nosotros pudiéramos tener como universidad acceso a esos insumos para desarrollar proyectos de transformación de esa materia prima en la universidad, pero resulta que esos canales no están hechos, no están dados, y cuando se procuran aparecen las trabas burocráticas y administrativas que son herederas y han sido construidas precisamente por el pensamiento rentista y que ha hecho que las universidades verdaderamente no se vinculen con el aparato productivo y la transformación del país. Y eso es a propósito, eso ha sido creado, tal una fábrica de pensamiento desterritorializado, desconectado de la realidad de modo que nuestros proyectos y desarrollos terminan desvinculados de las comunidades, de la sociedad, de la transformación. ¿Cómo lograr que nuestras universidades se conecten con la realidad?

Yo vengo de la UBV y siempre he dicho esto a mis compañeros. Nosotros tenemos una unidad que se llama Unidad Básica Integradora Proyecto que transversaliza todo el plan de formación, pero esa unidad que se llama Proyecto no tenía proyectos, esa es la verdad. Teníamos hecho diagnósticos, pero desconectados de la transformación de la realidad, sin conocimiento real de las condiciones de producción, de las condiciones reales. Y eso nosotros lo heredamos porque venimos de una formación que desterritorializa, que descontextualiza, que nos prepara para la fuga, para irnos a otros países.

Nosotros tenemos que hacer un esfuerzo en la UBV para que Proyecto sea un semillero de proyectos de transformación, vinculados a la realidad, capaces de generar emprendimientos productivos que vayan directamente a lo que nosotros necesitamos crear, que es trabajo. El trabajo para nosotros debe ser verdaderamente productivo. Nosotros no podemos seguir egresando profesionales para el sector terciario, profesionales que trabajan en cualquier cosa y muchas veces en nada de lo que estudiaron, con opciones de trabajar casi que en cualquier cosa porque su formación no estuvo vinculada a su área profesional. Se trata entonces de una reingeniería porque el asunto es conectarnos con la realidad y son los currículum los que tienen que avanzar en esa dirección.

Nosotros necesitamos conocer nuestros territorios, hacernos de nuestra memoria, construir ciencia y tecnología con saberes propios. Necesitamos hacer una verdadera reflexión sobre las tecnologías y un poco desmontar eso de las “tecnologías de punta” de “avanzada” porque el mismo Oscar Varsavsky decía, autor que debemos leer, que bien podíamos funcionar con tecnologías desfasadas con respecto a las tecnologías que manejan en el “primer mundo” o eso que llaman ellos primer mundo. O sea, nosotros no necesitamos estar en la punta de la tecnología. Si nuestros campesinos, los que hoy nos dan de comer, los que producen papa y tomates, los que trabajan en el páramo andino, estuvieran pensando en las tecnologías de punta, nos morimos de hambre, porque donde ellos producen lo hacen en condiciones del siglo XIX, XVIII, XVII y con conocimientos ancestrales. Si nosotros no reflexionamos sobre las capacidades productivas nuestras, si no hacemos conciencia de nuestros procesos, vamos a estar en condiciones problemáticas para hacer frente a la realidad.

Por eso, agradezco la situación. En términos históricos, sociopolítico, agradezco que suframos un bloqueo porque obligado tenemos que vernos a nosotros mismos, o sea, no tenemos más remedio. Y ese vernos tiene que ser intenso, festivo, apasionado, fervoroso, y eso yo lo he visto en este Congreso y en todas las actividades que de aquí en adelante se diseminen y se irriguen por todo el cuerpo social de nuestras comunidades, de nuestras universidades.

Es un momento propicio . Además, les estamos dando una estocada a los neoliberales, el pueblo latinoamericano y el pueblo chileno, “vitrina del neoliberalismo” le está dando una estocada al neoliberalismo. Cuantas marchas, ponencias, discusiones teóricas se han hecho contra el neoliberalismo y tuvo que salir el pueblo chileno a enfrentarse al ejército para demostrar que el neoliberalismo es una mierda. ¡Cuántas veces se ha dicho! Pero es el pueblo, es el pueblo movilizado, el pueblo consciente que tuvo que salir a dar literalmente la vida porque ahí sí hay represión.

La idea básica entonces es que estamos en un momento hermoso de crisis porque precisamente en las crisis suceden los partos y vamos a parir juntos.

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